“UNA SIESTA ES POCO Y DOS SON MUCHO”

¿Una o dos siestas? Aquí te contamos cuando los niños están preparados para una sola gran y maravillosa siesta, y como hacer una suave transición.

No hay nada más rico que ver a nuestros niños crecer y desarrollarse. La emoción al escuchar sus nuevas palabras, sus pasos cada vez más firmes y seguros (¡o más bien carreras en los más activos!), así como su renovado repertorio de “gracias”, son parte de esas pequeñas cosas que nos van indicando que están más grandes. A medida que los niños crecen no solo adquieren nuevas habilidades, sino también presentan cambios en sus requerimientos de sueño. ¿Han llegado a ese punto en donde cada vez les cuesta más que tomen la siesta de la mañana?, ¿o, por el contrario, la siesta de la mañana es tan larga que en la tarde no quieren dormir? Estos son algunos de los ejemplos que nos podrían indicar que probablemente estén listos para disminuir a un descanso diurno.

¿Listos?

Los niños generalmente están listos para dejar una siesta entre el año tres meses y un año y seis meses, y esta siesta puede incluso acompañarlos hasta los cuatro años. Un poco antes o más tarde es normal, lo importante es mirar sus señales: duerme 11 horas de sueño ininterrumpido en la noche, tarda más de lo habitual en conciliar el sueño para la siesta de la mañana, toma una siesta matutina cada vez más corta, o tan larga que rechaza una segunda siesta por la tarde. Cuando vemos que estos patrones son consistentes en el tiempo, es posible comenzar con la transición.

Transición

La consolidación de dos siestas a una implica una transición física y psicológica, en donde casi todos los niños pasan por una fase de irritabilidad durante dos a tres semanas hasta que se acostumbran a su nueva rutina. Es posible que durante esta etapa necesiten acostarlos un poco más temprano de manera de evitar que lleguen tan cansados a la noche.

Paso a paso

Aquí te guiamos como comenzar y algunas consideraciones a tener en mente:

  1. Muevan la primera siesta del día un poco más tarde, intentando retrasarla a las 11:00 AM por dos a tres días, luego 11:30 AM por unos días, y así sucesivamente en rangos de 20 a 30 minutos, hasta lograr que se queden dormidos a las 12:30-1:00 PM.
  2. Alargar su duración, dado que esta será la única siesta del día es importante que traten de hacerlos dormir en caso de que despierten antes.
  3. Acostarlos más temprano durante esta fase, de manera que no lleguen tan cansados a la noche (temporalmente 7:30 PM).
  4. Dos a tres semanas de transición (y paciencia) para pasar de dos siestas a una.
  5. NO disminuir a una siesta hasta que tu hijo esté durmiendo toda la noche de manera constante.
  6. Ocasionalmente puede haber dos siestas

La capacidad de los niños de conciliar el sueño y dormir es algo que saben hacer desde el útero materno, sin embargo, ¡sabemos que muchas veces puede ser desafiante!. El cariño, la contención, y la paciencia, serán claves hasta que los niños estén biológicamente preparados y se sientan realmente seguros para alcanzar una mayor autonomía en el dormir. Entonces, ¿se puede hacer algo al respecto? Sí, mucho más de lo que todos creen, pero siempre respetando el ritmo de los niños y de la familia. Si necesitas ayuda contáctanos, ¡podemos ayudarlos!

contacto@ninosadormir.com

FB: ninosadormir

INSTG: @ninosadormir