Desde el momento en que nació Bernardo, supe que no era como otros niños que había visto. En lugar de la mirada borrosa y desenfocada de los recién nacidos, la suya era como un rayo láser... enfocada, con intención. No sabía que esta sería una característica que definiría a mi intenso, brillante, creativo, empático -¿he dicho "intenso"? – hijo, ni menos que esto podía afectar su dormir.
¿Qué es el temperamento?
El temperamento es la reactividad emocional que manifiesta un niño cuando interactúa con su ambiente, es la manera como se enfrenta y reacciona ante una situación determinada.
Identificar el temperamento de nuestros niños es una pieza clave para apoyarlos; nos permite reconocer sus fortalezas y áreas en donde necesitan mayor contención.
¿Qué tiene que ver el temperamento con el sueño infantil?
En el terreno del dormir, conocer el temperamento de nuestros niños, nos ayudará a abordar y crear las condiciones adecuadas para su descanso, estableciendo a su vez expectativas acordes. Este conocimiento nos permite entender cómo se adaptan los niños a los cambios, los tipos de rutinas, y actividades más adecuadas para ellos. También, nos ayuda a descubrir sus necesidades, que se sientan escuchados, y comprendidos, una parte clave del apego seguro.
No nos cansamos de decirlo: los planes de sueño y horarios genéricos que se ofrecen en la actualidad, no tienen en cuenta la singularidad de cada niño. Lo que funciona para un niño, puede no funcionar para otro, porque cada cual es un mundo único.
Corregulación y Temperamento
Conocer la personalidad de tu hijo también podría disminuir tus niveles de frustración y ansiedad, ya que entenderás que muchas cosas no dependen de nosotros, no tiene que ver con algo que hicimos o dejamos de hacer. Nos ayuda a encontrar un equilibrio y a conectar más profundamente con ellos. Respetar sus preferencias y tipo de sensibilidad, no sólo les ayudará a afrontar mejor los cambios en sus patrones de sueño, sino que también mejorará su relación.
Es importante reconocer la interacción entre la dependencia e interdependencia, es decir la relación recíproca que existe entre niños y padres o cuidadores. La regulación emocional es un elemento muy importante para ambos, por lo tanto, si transmitimos nuestro estrés, a los niños se les hará más difícil calmarse. Tenemos que buscar la tranquilidad en nosotros antes de brindársela a otros.
¿Qué temperamento tiene mi hijo?
Existen varios tipos, nosotras los agrupamos en tres.
RECORDATORIO 1: el temperamento de los niños es único. Esto es biología, no matemática. Siempre existirán matices.
RECORDATORIO 2: ningún temperamento es mejor que otro. Es una característica o rasgo, cómo el color de pelo o piel. Cada uno tiene sus fortalezas y desafíos.
Temperamento Flexible
Los niños que entran en esta categoría suelen ser fáciles de llevar, ya que generalmente están contentos, y fluyen. Tienen hábitos regulares de alimentación y sueño, y pueden adaptarse fácilmente a situaciones diferentes sin angustiarse. Estos niños tienden a no reaccionar de forma exagerada y no se alteran fácilmente.
Temperamento Cauto
Suelen ser niños tranquilos, serios y "muy despiertos". Pueden parecer un poco retraídos, tímidos, y desconfiados, reaccionando con fuerza ante este tipo de escenarios. Sin embargo, si se someten de forma continua a situaciones que en un principio les generan incomodidad, a menudo se sentirán más cómodos y seguros. Con ellos resulta útil mantener una rutina, y dejar tiempo suficiente para adaptarse a la novedad.
Temperamento Activo o Altamente Sensible
Estos niños suelen alterarse fácilmente con el ruido y con un exceso de estímulos, reaccionando de forma intensa, pasando de 0 a 100 en pocos segundos. Hay quienes los describen como "niños de alta demanda". Suelen ser irregulares en sus hábitos de alimentación, y pueden mostrar un comportamiento temeroso cuando se encuentran con personas o situaciones nuevas. Estos niños generalmente, necesitan mucha preparación antes de enfrentarse a condiciones desconocidas.
TIPS
- Anticipación: avisar de los cambios de actividad
- Distracción: para facilitar la transición entre actividades, sobre todo a medida que crecen.
- Movimiento: Estos niños pueden necesitar muchas oportunidades en el día para quemar su energía acumulada
- Elección: Se benefician con la libertad de elección. Denles el “poder” de decidir aspectos simples del día. ¿qué prefieres…esta polera de color azul o verde? ¿Qué prefieres pera o manzana de postre?
¿Qué tengo que tener en cuenta?
El temperamento se ve afectado por el descanso y la predictibilidad de la rutina cotidiana. Los niños sensibles y activos necesitan una rutina más estructurada para sentirse tranquilos, asimismo, pueden fluir de manera más orgánica cuando quemaron calorías durante el día. Los niños cautos pueden estar más dispuestos cuando tienen menos estímulos sociales y el día tuvo un ritmo más lento.
Como ven, los temperamentos se van modulando en relación a cómo se desarrolló el día. Por lo tanto, es importante tener en cuenta su temperamento a la hora de introducir cambios en la alimentación, las rutinas y el dormir, así como responder de forma adecuada a sus reacciones a loLa capacidad de los niños de conciliar el sueño y dormir es algo que saben hacer desde el útero materno, sin embargo, ¡sabemos que muchas veces puede ser desafiante!. El cariño, la contención, y la paciencia, serán claves hasta que los niños estén biológicamente preparados y se sientan realmente seguros para alcanzar una mayor autonomía en el dormir. Entonces, ¿se puede hacer algo al respecto? Sí, mucho más de lo que todos creen, pero siempre respetando el ritmo de los niños y de la familia. Si necesitas ayuda contáctanos, ¡podemos ayudarlos!
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