“TRANSICIÓN DE CUNA A CAMA”

Cama de transición, montessori, nido, box spring o camarote….las posibilidades son variadas, pero ¿cómo estar seguros que nuestros niños están preparados para dejar sus cunas atrás? Muchos papás tienden a acelerar este proceso como señal de un nuevo logro alcanzado, o para mejorar un posible escenario de mal dormir, sin a veces darse cuenta que los niños no siempre están preparados para este gran paso. 

En mi experiencia, mis niños han dejado sus cunas (en verdad LA cuna, elemento totalmente heredado en mi casa) y han pasado a cama, sólo cuando llegan al punto en que la Pack & Play no da más. Esta decisión la he tomado cuando he visto que están preparados para este cambio y que lo necesitan. Soy una fiel creyente que entre más tiempo pase antes de esta transición es mejor para todos, no solo en términos de comodidad sino también es más seguro y los niños están más preparados para entender lo que este cambio implica: quedarse en su cama sin levantarse en TODA la noche.

La edad más adecuada

A los dos años y medio, e incluso preferiblemente a los tres años, es recomendable comenzar la transición de cuna a cama. Es a esta edad cuando los niños tienen las habilidades cognitivas y verbales para entender las reglas de la “cama grande”. Sin embargo, recuerden que cada niño es un mundo diferente, por lo que es importante ver sus propias señales. Lo que pudo haber funcionado para uno no necesariamente funciona para uno de sus hermanos, en mi caso, mi hija mayor durmió antes en cama que sus hermanos.

Algunos papás tienden a acelerar este proceso como señal de un nuevo logro alcanzado, o para mejorar un posible escenario de mal dormir, sin a veces darse cuenta que los niños no siempre están preparados para este gran paso. Los niños que pasan muy pronto a cama pueden experimentar problemas del sueño, siendo difícil la hora para acostarse, quedándose dormidos más tarde con más de alguna “lucha de poder” o incluso algunas lágrimas en el proceso.

La regla de oro de la cama de “niño grande”

“Debes quedarte dormido en tu cama y dormir aquí toda la noche hasta que sea de día”

Asegúrense de transmitir este mensaje de forma clara, ¡aquí está la clave!, ya que no queremos niños dando vuelta por la casa y tener que estar regresándolos una y otra vez a sus piezas. Aquellos niños que no están preparados, no necesariamente entienden que necesitan quedarse en su cama toda la noche.

Seguridad ante todo

Sin duda que la primera consideración a tener en mente si nuestros niños están preparados para dejar sus cunas, es la seguridad. Bajo ningún punto de vista queremos que su curiosidad los lleve a dar vueltas por toda la casa, abriendo cajones, bajando o subiendo escalas o muebles, jugando con enchufes, etc. Por el contrario, también debemos tener en mente aquellos osados gimnastas que desafiando las leyes de gravedad, trepan y saltan para salir de su cunas. En estos casos, recomendamos dificultarles estas proezas de forma de poder extender su estadía aquí si es que aún son menores de dos años y medio. Bajen el colchón al nivel más bajo posible, retiren todos los juguetes o posibles “plataformas” de lanzamiento que pudiesen facilitarles la salida, usen piyamas tipo saquito o con poleras largas que les dificulte la escalada y por sobre todo deben ser firmes en decirles “sin trepar”. Pongan almohadas en el suelo y supervísenlos desde la puerta (sin que los vean) y si comienzan a levantar una pierna les dicen “sin trepar”.

No hagan de esta una decisión basada en la logística

Muchas veces tomamos decisiones basadas en lo que es más práctico, dejando de lado algunas consideraciones que involucran la madurez de nuestros niños. Un clásico ejemplo es cuando pensamos en sacar de su cuna a un hijo de dos años para heredársela a un nuevo hermanito. En estos casos, no recomendamos hacer la transición, ya que no solo el hermano “mayor” se verá enfrentado a cambios, sino también ustedes estarán cuidando a un nuevo integrante al mismo tiempo que evitan que su hijo se levante varias veces por noche para devolverlo a su cama nueva o supervisan que no trepe su antigua cuna para dormir más cómodo.

Tips para la transición

Aquí les dejamos algunas recomendaciones que les pueden ayudar para hacer de esta una fluida transición. Tengan en mente que estas guías son para niños que ya duermen bien en sus cunas.

  • Involucren a sus hijos en la preparación de su pieza, por ejemplo pueden ayudar a “armar” su nueva cama, elegir sus sábanas y elegir si algún peluche o juguete los acompañará en esta nueva etapa.
  • En lo posible, pongan la nueva cama en el antiguo lugar de la cuna, en su defecto en la misma pared u orientación.
  • Usen una baranda de seguridad para evitar que se caigan.
  • Si sus niños dormirán por primera en esta pieza, decórenla juntos y pongan la cama en el mismo lugar en relación a la puerta que antes estaba su cuna. Un par de semanas antes del cambio pasen tiempo con ellos en este espacio y explíquenle lo que se viene por delante.
  • Asegúrese de que la pieza y otras habitaciones cercanas estén a prueba de seguridad ya que ahora los niños podrían eventualmente salir de su cama sin supervisión
  • Una vez que la pieza esté lista, planeen la primera noche en la que dormirá aquí.
  • Recuérdenles las “reglas” de la cama de niños grandes: quedarse en la cama toda la noche hasta la hora de la mañana.
  • Díganles que los irán a ver antes de irse a dormir. Durante las primeras noches, quédense cerca de forma de poder acudir a ellos rápidamente si los llaman.
  • Si salen de su pieza, devuélvanlos rápida y silenciosamente y recuérdenles que se espera que se queden en su cama toda la noche.
  • Algunos niños necesitan un poco de ayuda para adaptarse, acompáñenlos o supervísenlos desde la puerta un par de días hasta que se sientan seguros.
  • Incentívenlos a seguir estas normas con alguna recompensa: regaloneos, libre elección del cuento que leerán antes de irse a dormir, stickers, un desayuno especial, etc

Cada  niño tiene su propio ritmo y necesita diferentes cosas, miren a sus hijos y vean que es lo más adecuado para ellos. En nuestra experiencia, los niños necesitan y disfrutan de sus cunas mucho más de lo que lo que habitualmente se cree, y sí, somos fans de las cunas.

La capacidad de los niños de conciliar el sueño y dormir es algo que saben hacer desde el útero materno, sin embargo, ¡sabemos que muchas veces puede ser desafiante!. El cariño, la contención, y la paciencia, serán claves hasta que los niños estén biológicamente preparados y se sientan realmente seguros para alcanzar una mayor autonomía en el dormir. Entonces, ¿se puede hacer algo al respecto? Sí, mucho más de lo que todos creen, pero siempre respetando el ritmo de los niños y de la familia. Si necesitas ayuda contáctanos, ¡podemos ayudarlos!

contacto@ninosadormir.com

FB: ninosadormir

INSTG: @ninosadormir