"Para algunos niños, una hora de ajuste en sus rutinas puede ser abrumador, por lo que una alternativa es retroceder sus horarios solo media hora el primer día, y luego treinta minutos al segundo día. Otra opción, es partir con cuatro días de anticipación, restando 15 minutos cada día a su rutina habitual, logrando así una suave transición hacia el horario de invierno".