Estamos viviendo momentos especiales, diferentes rutinas y nuevas experiencias, algo inédito, a lo que no estamos acostumbrados, pero que sin duda nos entregará muchos aprendizajes y más tiempo en familia 🙂
Mientras vivimos estos días de mayor introspección, la naturaleza sigue su curso, tenemos mañanas y noches más frías, ha llegado el otoño. Junto con el cambio de estación se nos aproxima el inminente cambio de horario. ¿Cómo funciona? Este sábado 4 de abril a las 00:00 horas, el reloj se atrasará para que nuevamente sean las 23:00 horas.
Aquí les dejamos algunos tips para que hagan una fluida transición, y ojalá así puedan ganar ¡una (muy preciada) hora de sueño!
En etapas
Para algunos niños, sobre todo para los menores de un año, una hora de ajuste en sus rutinas puede ser abrumador, por lo que una alternativa es retroceder sus horarios solo media hora el primer día, y luego treinta minutos al segundo día. Otra opción, es partir con cuatro días de anticipación, restando 15 minutos cada día a su rutina habitual, logrando así una suave transición hacia el horario de invierno.
Deben partir haciendo el ajuste al momento de acostarlos en la noche, y continuar al día siguiente con un despertar un poco más temprano. Los horarios de alimentación y de las siestas también son parte de este plan, por lo cual es muy importante que estén atentos al reloj de manera de tener consistencia en los cambios.
Infaltables siestas
Independiente de la forma que elijan para hacer esta transición, un niño descansado tolera mejor los ajustes que otro que no, por lo que estos días las siestas cobran aún más importancia. Sean consistente con los horarios y rutinas, con especial énfasis en que descansen las horas de sueño que necesitan.
Oscuridad v/s Luz
A las 6:00 am del domingo 5 de abril tendremos mucha más luz en comparación con los días anteriores, y luz es sinónimo de “partir el día”. Para evitar que los niños madruguen, sobre todo para quienes no hicieron cambios de horario los días previos, asegúrense de que su pieza esté preparada, ya sea con cortinas tipo blackout o instalando papel o bolsas oscuras en las ventanas el día anterior.
Partiendo el día
No partan el día antes de lo que lo hacen usualmente, no queremos niños dando vueltas por la casa a las 5:30 am y posteriormente ¡muy cansados! Sí por alguna razón se despiertan, intenten que vuelvan a conciliar el sueño. Puede que esta primera mañana necesiten un poco más de ayuda, por lo cual no descarten entregar mayor contención e incluso compañía.
Si todo lo anterior les parece que no se ajusta del todo a su familia, también está la opción de no hacer cambios los días previos, y seguir la rutina diaria de acuerdo al nuevo horario.
Si el domingo despiertan más temprano de lo habitual, recuerden tratar que sigan durmiendo hasta el horario que usualmente lo hacen. En la noche, acuéstelos en su horario de siempre, y cuiden ese día de tener una tarde más tranquila y realizar la rutina de irse a dormir con suficiente tiempo.
¡Elijan lo que mejor se adapta a las necesidades de sus hijos y familia! Sean pacientes, algunos niños puede tomar hasta una semana en ajustar su reloj interno hasta lograr adaptarse. Acompañen a sus hijos algunos días, ayudándolos a conciliar el sueño en su nueva hora y verán cómo todo vuelve a la normalidad.
La capacidad de los niños de conciliar el sueño y dormir es algo que saben hacer desde el útero materno, sin embargo, ¡sabemos que muchas veces puede ser desafiante!. El cariño, la contención, y la paciencia, serán claves hasta que los niños estén biológicamente preparados y se sientan realmente seguros para alcanzar una mayor autonomía en el dormir. Entonces, ¿se puede hacer algo al respecto? Sí, mucho más de lo que todos creen, pero siempre respetando el ritmo de los niños y de la familia. Si necesitas ayuda contáctanos, ¡podemos ayudarlos!
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