A medida que se acercan los cambios de estación, nos preparamos también para el nuevo horario, y la pregunta más popular es: ¿qué hago para que este cambio no afecte el dormir de mi hij@? Así que… ¡aquí vamos!
En época estival, disfrutamos de días más largos, pero con un mayor desafío al momento de acostarse, ya que hay más luz. Por el contrario, en invierno, las tardes son más oscuras, y las mañanas más luminosas.
A pesar de que lo que pasa en verano es diametralmente opuesto a lo que sucede en invierno, las estrategias son casi las mismas. Solo debemos realizar ciertos ajustes si es que el cambio significa adelantar o atrasar el reloj.
En este caso, éste sábado 10 de septiembre a las 00:00, tendremos que ADELANTAR el reloj para indicar que son las 01:00 AM del domingo 11 de septiembre.
Es totalmente normal (e importante de considerar), que algunos niñ@s (incluso adultos) les cuesta un poco el cambio, por lo que aquí les contamos como apoyarlos para hacer una fluida transición.
En etapas
Para algunos, sobre todo los menores de un año, una hora de ajuste en sus rutinas puede ser abrumador. Una alternativa corta y rápida, es ajustar media hora el primer día (viernes), y luego treinta minutos al segundo día (sábado), llegando al nuevo cambio de horario de forma gentil. El ajuste en el reloj debe hacerse al momento de acostarlos por la noche.
Sin cambio previo
Alternativamente, pueden decidir no hacer cambios los días previos, y seguir su rutina diaria de acuerdo al nuevo horario. Si el domingo en la mañana prevén que van a despertar más tarde de lo habitual, apliquen la rutina del despertar para que inicien su día en el horario que suelen hacerlo. Despiértenlos de forma suave, permitiéndoles que se incorporen lentamente.
En la tarde/noche, recomendamos realizar una rutina más tranquila y con suficiente tiempo para prepararlos para la hora de dormir. Acuéstenlos según el desarrollo del día, las siestas y señales de sueño, más que en un horario fijo que puede que no se acomode a sus necesidades de ese día en particular.
Pieza oscura
Con el cambio de horario de verano, a las 19:00–20:00 tendremos más luz en comparación a los días anteriores. Muchas veces, esto se transforma en sinónimo de “aún no termina el día”, por lo que “aún no es hora de dormir”. Para evitar que se acuesten tarde, sobre todo para quienes deben de igual forma levantarse temprano al día siguiente, asegúrense de que su pieza esté preparada para una noche “imaginaria”. Cierren puertas cercanas y bajen las cortinas. Si necesitan ayuda extra, cubran las ventanas para controlar el ingreso de la luz.
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Luz al momento del despertar
Posterior al cambio de horario de verano, tendremos mañanas con menos luz de la habitual. Ayuden a sus hijos a diferenciar el día de la noche con “rutinas de despertar”. Entren a su pieza en el momento adecuado para abrir las cortinas, prender las luces, y darles un alegre ¡buenos días!
En el día, idealmente salgan fuera de casa o estén cerca de ventanas, para que la misma luz del sol los ayude a “restablecer” su reloj interno.
Siestas
Independiente de la forma que elijan para hacer esta transición, un niñ@ descansado tolera mejor los ajustes, por lo que estos días las siestas cobran aún más importancia. Sean consistentes con los horarios y rutinas, apóyenlos para que descansen las horas de sueño que necesitan, respetando siempre su Tiempo Óptimo Despierto (TOD). Nota: durante el tiempo que dure adaptarse al nuevo horario, sean más flexibles con tal que duerman de día. Pueden usar otras formas, diferentes a la habitual, priorizando que duerman sea como sea.
Acompáñenlos
Puede que la primera noche del cambio, necesiten un poco más de ayuda, por lo cual acompáñenlos y apóyenlos para que se relajen y puedan conciliar tranquil@s. Brinden contención en el caso de despertares, para que retomen el dormir lo más tranquilamente posible.
Los cambios de hora también tienen sus ventajas, aprovéchenlo en caso de que tengan una rutina que esté un poco fuera de su horario ideal. Esta puede ser una gran oportunidad para llevarlos a dormir a su hora precisa.
Si sus niñ@s están despertando temprano, ¡este cambio de horario de invierno a verano les viene perfecto! Su hora de partir el día podría desfasarse hasta en 60 minutos más.
Elijan lo que mejor se adapte a las necesidades de sus hij@s y familia. Sean pacientes; algunos niños pueden tomar hasta una semana en ajustar su reloj interno. Acompáñenlos ayudándolos a conciliar el sueño en su nueva hora, y ya verán como todo vuelve a la normalidad.
La capacidad de los niñ@s de conciliar el sueño y dormir es algo que saben hacer desde el útero materno, sin embargo, ¡sabemos que muchas veces puede ser desafiante!. El cariño, la contención, y la paciencia, serán claves hasta que los niños estén biológicamente preparados y se sientan realmente seguros para alcanzar una mayor autonomía en el dormir. Entonces, ¿se puede hacer algo al respecto? Sí, mucho más de lo que todos creen, pero siempre respetando el ritmo de los niñ@s y de la familia. Si necesitas ayuda contáctanos, ¡podemos ayudarlos!
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